La compañía

Teatro del Garabato

En 2005, cinco exalumnos de la escuela teatral de la Sala Cuarta Pared de Madrid formamos el grupo Garabatos de Teatro, con el que estrenamos dos espectáculos: El Destino, S.L. (2005) y, de la mano de Adolfo Díez Ezquerra, El Destino, S.L. (2006) creado a partir de textos de Max Aub, Aristófanes y Anton Chejov. En este espectáculo, además, pusimos en escena un texto de creación propia.

A partir de este impulso, en 2009 Virgilio Nieto, uno de los fundadores, toma las riendas de la compañía con el objetivo de darle un nuevo rumbo artístico y mayor solidez. Así nació Teatro del Garabato.

La primera obra de esta etapa fue la farsa de Dario Fo Los muertos se facturan y las mujeres se desnudan (2009). A la que siguió Mejor mañana (2010), un espectáculo basado en textos de Charo González Casas y Paloma Pedrero, que representamos en escenarios tan dispares como el teatro Reina Victoria o la cárcel de Alcalá-Meco.

La comedia «urgente» de Dario Fo ¡Aquí no paga nadie! (2012) supuso la consolidación definitiva de la compañía. Con ella cosechamos nuestros primeros premios y reconocimientos. Además marcó un rumbo artístico que cristalizó en nuestro espectáculo Dinero (2015), una versión muy libre de la comedia Pluto de Aristófanes, que supuso un tremendo crecimiento de nuestra capacidad creativa.

El estreno de En el fondo, no estamos tan mal (2016) fue un paso adelante crucial para nosotros: es la primera obra cuyo texto ha sido creado íntegramente dentro de la compañía; es el primer montaje 100% «garabato».

El creciente interés por buscar nuevas formas de expresión nos acercó cada vez más hacia la danza, formándonos en disciplinas como la danza butoh y el contact improvisation, cuya primera cristalización ha sido: Lo irreversible (2018), una pieza de teatro poético a partir del texto Te haré invencible con mi derrota de Angélica Liddell.

Luego llegó Desierto (2019) de Sam Shepard, una vuelta al realismo teñido de un halo onírico que hemos aprovechado para seguir indagando en la búsqueda de nuevas formas de expresión escénica.

Ese mismo año estrenamos Arizona (2019), de Juan Carlos Rubio, una profunda reflexión en tono de tragicomedia sobre las fronteras.

Y se cerraron las puertas.

Con esfuerzo y perseverancia conseguimos volver a abrirlas tras el parón causado por la pandemia y estrenar MacbethS (2023), una recreación de la obra de William Shakespeare con la que continuamos la búsqueda de nuevos lenguajes, ahondando todavía más la fusión del teatro con la danza.

Nuestro último espectáculo, Rebeldías posibles (2024), de Luis García-Araus y Javier García Yagüe, nos devuelve al teatro social en un momento de gran incertidumbre.